martes, 24 de enero de 2012

La escritura es signo

La escritura en ese delinearse para construir la grafía, para construir el signo, para crear el significado se debe a un Ser que la escriba y que la nombre; y el mismo ser u otro, que la desentrañe, que la signifique como portadora de una lengua, de un idioma. Todo está lleno de signos, la materia y esencia, lo que guarece la luz y lo que vive en las sombras, lo cercano y lo lejano, el futuro y el pasado. Es un hecho que todo es escritura. La escritura es lengua viva, es ente descifrable, latente, pudorosa; lista para cogerse del rabo como dice el poeta; para desentrañarla, para vaciarla en toda su significación. En este sentido la escritura es vehículo insoslayable para el escritor, nada existe de mayor intensidad que la conexión escritor-escritura y aquí, en este teorema, es donde nace su sentido vocativo, el aspecto noble del ejercicio literario.
La escritura como vocación, obliga a quién lo ejerce, en su sentido teórico-práctico, a volcarse en una iniciativa amorosa, alquimia de ciencia y lenguaje creativos. La escritura como vocación, sería entonces, el corolario de esta suma de destrezas, en un continuo y perpetuo trascender, con un fin determinado: el lector. Nadie escribe para sí mismo, escritor y lector forman una dualidad irrenunciable, de ahí que el escritor sea al mismo tiempo creador y crítico. El escritor serio toma en su propio derecho a la literatura y convierte en obra cada palabra que se traduce finalmente en texto. Pero no es tan fácil como lo dicen mis palabras, y esta vez, mis palabras mienten, hace falta más que vocación para que la obra signifique, el escritor como el alquimista se deben a la teoría, a las formalidades que rodean la escritura para que su producción se ajuste a la forma y al fondo, a la estructura de sus textos y al impacto de su contenido. (Texto inconcluso).

domingo, 19 de junio de 2011

TRIUNFADORES DEL PREMIO NACIONAL DE POESIA “LÁZARA MELDIÚ 2011”. PAPANTLA.


Antes que nada agradecer a los 111 poetas de toda la República Mexicana que participaron con sus poemarios en el Premio Nacional de Poesía “Lázara Meldiú” 2011 y Premio Estatal de Poesía para Jóvenes “Guillermo López Muñoz” 2011. Agradacer también al Honorable Jurado Calificador integrado por los reconocidos poetas:
Efraín Bartolomé (Ocosingo, Chiapas, 1950). Su obra poética, que abarca algo más de una docena de títulos, se ha reunido en los volúmenes AGUA LUSTRAL Poesía 1982-1987, Col. Lecturas Mexicanas, Conaculta, 1994; OFICIO: ARDER Obra poética 1982-1997, UNAM, 1999; y EL SER QUE SOMOS, Editorial Renacimiento, Sevilla, 2006. Premio Ciudad de México; Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, Premio Carlos Pellicer para obra publicada, Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines, entre otros. El Gobierno de la República le otorgó el Premio Nacional al Mérito Forestal y de Vida Silvestre. En 1998 recibió el Premio Chiapas de Arte. En el 2001 recibió el International Latino Arts Award en los Estados Unidos. Hay traducción de poemas suyos al inglés, francés, portugués, alemán, italiano, gallego, árabe, maya peninsular, náhuatl y esperanto.
Ciprián Cabrera Jasso . NACIÓ EN TABASCO. REALIZÓ ESTUDIOS DE LITERATURA INGLESA EN LA UNIVERSIDAD DE MICHIGAN EN LOS ESTADOS UNIDOS Y DE PSICOLOGÍA EN LA UNAM. TIENE PUBLICADOS MÁS DE 40 LIBROS EN TODOS LOS GÉNEROS LITERARIOS: POESÍA, NOVELA, CUENTOS, ENSAYOS Y OBRAS DE TEATRO. ADEMÁS, DOS GUÍAS TURÍSTICAS, UNA SOBRE EL ESTADO DE TABASCO Y OTRA SOBRE LA RUTA MAYA. TAMBIÉN TIENE PUBLICADOS UN ESTUDIO SOBRE LAS ÁREAS PROTEGIDAS DEL SURESTE MEXICANO Y UNA ANTOLOGÍA DE POESÍA MEXICANA. DENTRO DE SU BIBLIOGRAFÍA CUENTA TAMBIÉN CON LIBROS DE TIPO ESPIRITUAL, UNO DE ELLOS ES "DIOS Y MAYA ILUSIÓN" EDITADO POR LA EDITORIAL GAIA DE MADRID Y ESTÁN POR PUBLICARSE OTROS LLAMADOS: "LOS ÁRBOLES DEL PARAÍSO", "VIAJE AL REINO DE LOS CIELOS" Y "MATARSE ES UNA ILUSIÓN". ESTÁ POR TERMINAR DOS MÁS DENTRO DE ESTA MISMA LÍNEA: "HACIA LA ESTACIÓN DEL LOTO" Y "LA DIVINA AMNESIA".

César Silva Marquez Nació en Ciudad Juárez, Chihuahua en 1974.
Textos suyos y traducciones, español-inglés, inglés-español, han aparecido en revista nacionales e internacionales. En tres ocasiones ha obtenido la beca David Alfaro Siqueiros que otorga el Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Chihuahua. Textos suyos han sido incluidos en diversas antologías tales como El manantial latente (Tierra Adentro, 2003), Árbol de variada luz (Universidad de Colima, 2002) y Generación 2000 (Tierra Adentro, 2000). Ha publicado los libros: La mujer en la puerta (Editora gob. Edo. Veracruz, 2007), Abcdario (Tierra Adentro, 2006 y 2000), Si fueras en mi sangre un baile de botellas (Ediciones sin nombre / Nod, 2005), Par/ten al alimón con Edgar Rincón Luna (Solar, 2000), ha aparecido en el colectivo El silencio de lo que cae (El ala del tigre, UNAM, 2000). Ganador del premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras, 2005 con la novela Los cuervos (Tierra Adentro, 2006). En marzo de 2009, RandomHouseMondadori, España, publicó su novela “Una isla sin mar”.

Jurado calificador quienes tuvieron a bien seleccionar los poemarios que a su juicio merecieron ganar esta justa poética y en la que destaca para el:
PRIMER LUGAR PREMIO NACIONAL DE POESÍA “LÁZARA MELDIÚ” PARA EL POEMARIO TITULADO: “RUISEÑOR DE LAS AGUAS” FIRMADO CON EL PSEUDÓNIMO: IGOR APRILE. IDENTIFICADO COMO FRANCISCO GARCIA TORAL ORIGINARIO DE PUEBLILLO, VERACRUZ. HACIÉNDOSE ACREEDOR A TREINTA MIL PESOS, DIPLOMA Y ORQUÍDEA DE VAINILLA.
SEGUNDO LUGAR PREMIO NACIONAL DE POESÍA “LÁZARA MELDIÚ” PARA EL POEMARIO TITULADO: “UN ÁNGEL ESCRIBE SÍLABAS NEGRAS SOBRE UNA PÁGINA DE NIEVE” FIRMADO CON EL PSEUDÓNIMO: GREBECI. IDENTIFICADO COMO BALAM RODRIGO PÉREZ HERNÁNDEZ ORIGINARIO DEL ESTADO DE CHIAPAS. OBTENIENDO POR ELLO QUINCE MIL PESOS Y DIPLOMA.
“ENCONTRAMOS EN ESTOS LIBROS UN LENGUAJE POÉTICO EFICAZ EN LA TRANSMISIÓN DE LAS COMPLEJIDADES ESPIRITUALES QUE LOS GENERARON”.JURADO CALIFICADOR.
EL PREMIO ESTATAL DE POESÍA PARA JÓVENES HA SIDO DECLARADO DESIERTO.
LA CEREMONIA DE PREMIACIÓN SE LLEVARÁ A CABO EL DIA VIERNES 24 DE JUNIO DEL 2011 EN EL AUDITORIO MUNICIPAL DE PAPANTLA EN PUNTO DE LAS 20:00 HORAS, SE CONTARÁ CON LA PARTICIPACIÓN DEL TRÍO CHOPIN EN EL INTERMEDIO. LA ENTRADA ES LIBRE.

Juan Pérez Salazar
Mantenedor.

domingo, 8 de agosto de 2010

Coágulo


Esbozos acerca del libro de cuento breve “Coágulo” del escritor Efigenio Morales Castro.


En el estado de Puebla, existe actualmente una generación de escritores, que cultiva con mucho acierto el género de la narrativa, en especial del cuento en su modalidad de ficción; Efigenio al escoger el estado poblano para vivir, y al vincularse con esta generación, ha ampliado su perspectiva de producción, que lo ha llevado a desarrollar, con la combinación de lecturas obligadas, un acervo que se supera a sí mismo con cada nueva publicación.

El cuento fantástico se caracteriza por utilizar la magia y otras formas sobrenaturales como elementos primarios del argumento, éstos, al utilizarse con precisión y en combinación con otros recursos, como: la temporalidad en el manejo de capítulos, la activación en los roles de los personajes, el ambiente y la trama, logran un efecto de alucinación, asombro y turbación en el lector, que define en esas circunstancias, el éxito de un texto terminado.

Esta tarde, nos reúne precisamente, la presentación de el libro de cuentos cortos Coágulo, obra que no sólo busca provocar una reacción natural en el lector, sino que busca en él ciertas capacidades que le ayuden a desentrañar el desenlace de las historias que el escritor ha iniciado en este libro. Es decir, busca a un copartícipe, que como una tercera conciencia le ayude a concluir cada una de las narraciones (la primera es la conciencia del escritor, la segunda conciencia pertenece al narrador o personaje y la tercera conciencia le corresponde al lector que es usted).
Aun cuando la característica estructural del cuento está determinado por un planteamiento un nudo y un desenlace, el escritor a propósito deja en suspenso el desenlace para que el lector termine y defina la trama, interactuando directamente con el final abierto, este rasgo es una particularidad del cuento fantástico.

La logística de este libro nos ofrece a lo largo de sus páginas 17 historias cuyos temas giran alrededor de la vida común, por ejemplo: venganza, crímenes, burdeles, brujería, insatisfacción sexual, triángulos pasionales, amores platónicos, violaciones, desamor, viajes, herencias, espiritismo, fatalidad, entre otros.

La geografía en la que se mueven los personajes es impresionantemente real y tiene que ver con lugares del estado de Puebla y Veracruz, lugares de arraigo y de tránsito en la vida real del escritor.

El lenguaje predominante en Coágulo, es natural, objetivo y sin artificio, impregnado con una variedad de matices en el habla y pensamientos de los distintos personajes, que logran enriquecer los cuadros de cada uno de los capítulos y que finalizan en un trabajo impecable de la historia contada.

En el libro podemos encontrar circunstancias o núcleos que el escritor toma como recurso para desarrollar sus tramas, por ejemplo: cartas, huesos, sueños, intuiciones, poderes paranormales, brujería y ocultismo. El manejo del suspenso y el horror en las situaciones y en las premoniciones de los personajes, que guarda un equilibrio con el resto de los elementos ya mencionados, y que logra finalmente un remolino envolvente en cada uno de los casos.

Efigenio Morales Castro toma prestado el rasgo psicológico de la novela moderna y del cuento ruso e impregna a sus personajes de un buen porcentaje de existencialismo patológico, retomar el psicoanálisis le funciona al escritor para delinear el perfil deseado de sus personajes, que experimentan un estado de conciencia similar al que produce el manejo de esperanzas y el padecimiento de fatalidades en personas reales. En algunos casos dota a sus personajes y héroes con poderes extrasensoriales que tienen que ver con poderes paranormales. Estos dos atributos realidad y fantasía en los personajes de Coagulo, son sumamente contundentes. Un cuento debe recortarse de la realidad, pero en el caso de esta obra, este se apega a la realidad, por eso el efecto de mareo y turbación en el lector, es mayor.

La voz del narrador omnisciente se inmiscuye en cada uno de los cuentos de este libro y pone al descubierto a los personajes desde la atmósfera en que se mueven hasta los sentimientos que adolecen, el narrador protagonista es una presencia que expone desde dentro y que en ocasiones toma el papel de personaje que se cuenta así mismo. La riqueza del elemento subjetivo en la obra, ofrece notables monólogos que fortalecen mi comentario en líneas anteriores sobre el psicoanálisis.

Secuenciar y llevar la coherencia de una historia o varias historias a la vez en una trama confluyente, también requiere de mucha habilidad por parte del escritor, sobre todo en el manejo de sucesos en el tiempo. Efigenio Morales al diseñar sus cuentos breves aplica este conocimiento, busca la coherencia narrativa y trenza los capítulos alternando y llevando el tema general hasta su fin común. Tomo como referencia el cuento Candelabros en las esquinas.

En Coágulo existen cuentos que puedo definir como series que hablan de una continuación temática, destaco el primer par de cuentos titulado Epistola con su continuación paginas adelante con el cuento titulado: La noche que recordé todo.
y la segunda, una trilogía compuesta por La masacre de Cholula continúa en la Obra señalada y Finaliza con Coágulo.

Si bien cada título de estas 17 historias maneja un discurso particular a lo largo de este corpus litterae, existe el lenguaje simbólico que el escritor nos cuenta de forma paralela al discurso literal buscando filtrar al estado de conciencia del lector disciplinado cuatro realidades:

1).La pérdida inevitable y gradual de la pureza del mexicano autóctono, los derechos indígenas, la salvaguarda de sus creencias, su fe antiquísima, y el destino incierto de las étnias en los albores de una globalización cada vez más amenazante.

2). La servidumbre y dependencia de nuestro país a manos de gobiernos capitalistas e imperialistas.

3).El sentido de decadencia de la educación y de los valores morales en México.

4).El presente cuerpo de cuentos también busca comprender y cerrar ciclos y en el que el escritor, en su discurso, busca una conciliación del pasado con el presente que vive en el recuerdo de algunos objetos o vivencias que se disipan con la presencia del olvido y lo expone en la dedicatoria del cuento El contorno de la nube azul cito: este cuento está dedicado a mi niñez, aquella que no sé en donde quedó. Fin de la cita. El escritor retoma esta necesidad en la temática del mismo cuento, cito:

Atrás del refrigerador está la sombra de un tenis de niño. Busco, busco y busco sin dar con el responsable.
Pero qué tonto, es mi pie el que refleja aquel zapato pequeño.../ Me siento cerca del refrigerador para ponerme aquellos tenis; son azules, los únicos que tuve en mi niñez.


Fin de la cita.
Esta recurrente necesidad de amparo, de insistir en la protección de ese niño que dialoga con su yo adulto y que busca la conciliación vuelve a manifestarse en el título: La cárcel de la virgen perfecta, cito:

Vi por última vez mi rostro infantil. Mi yo jugaba sin saber que su yo grande estaba sobre ella vigilándola, tratando de volver a esa edad para librarse de la muerte.

Fin de la cita
Reitero, no es la muerte física la que se trata de librar, sino peor, la fatalidad que trae consigo el olvido, y que orilla a la ausencia permanente, la del muerto en vida.

En el universo de la literatura es normal que se encuentren coincidencias menores como frases que ilustran una idea similar en los textos de uno y otro escritor, sin que por ello pueda hablarse de un plagio, sino de un sistema complejo de vasos comunicantes que guarda el sistema de pensamiento paralelo entre escritores. Entre este parentesco quiero referir un pasaje del libro El luto humano del escritor José Revueltas en el que las acciones están determinadas por una mujer que insinúa a su hombre a una protección de ambos aunque para ello tenga que herir al que acecha, cito:

“Entre sueños, la desconfianza nocturna, el siempre esperar un enemigo en las tinieblas, hizo hablar también la voz de una mujer, que murmuró junto al marido:--Tu machete.../el metal sonó dentro (de la choza) ”(...) “La mirada recelosa de loba, el cuerpo de loba, el vaho de loba de la mujer, intentó una prevención, un gesto: --Tu machete, Adán...


Efigenio ilustra un pasaje similar en el cuento titulado La noche que recordé todo, la integridad física de una pareja es empujada a resguardarse por la insistencia de la mujer, cito:

“ ...Afuera de la casa seguían los hombres./ Sacaron de una bolsa una estatua pequeña ./No entendimos lo que oraban/ Comenzaron a golpear el portón/ Suelta los perros Bruno, suéltalos! –dijo mi mujer con el espanto en el rostro.”


Gabriel García Márquez en su libro Cien años de soledad utiliza huesos humanos como fetiche que representa la memoria y la integridad simbólica de personas muertas. Efigenio también utiliza este mismo recurso del hueso humano en el cuento Epístola como objeto amado que representa la memoria nobiliaria de la familia Borbón
Vuelven a coincidir ambos escritores en el manejo de la fatalidad que amenaza el destino de las generaciones de una familia, Gabriel García Márquez de nuevo en Cien años de soledad con la historia de los Buendia y Efigenio Morales en el cuento titulado La cárcel de la virgen perfecta que marca el destino de la muerte para los descendientes de una familia, cuando sus integrantes cumplen cuarenta años de edad, es interesante resaltar que el escritor Fredric Brown en su cuento titulado ¡Sorpresa! también coincide con marcar los cuarenta años de edad para un cambio radical de vida de su personaje, movido por la influencia de una insistente superstición astrológica. Esta fatalidad en la medianía de la vida personal influye en los temas de muchos escritores.

Coágulo es un libro para ser leído de corrido, de principio a fin en cada una de las historias independientes. Si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto narrativo.

Finalizo mi participación resaltando que la ciencia ficción, conocida también como literatura de anticipación es un subgénero del cuento en el que Efigenio Morales Castro se mueve muy bien, gracias a su vasto poder imaginativo para crear historias, que logran el efecto de alucinación en el lector que vive más allá del bien y del mal.


Juan Pérez Salazar
Papantla, Ver. 27 de Febrero del 2010

martes, 27 de julio de 2010

Sitio infinito o del origen del silencio…

(Comentario sobre el libro "Escuchando el silencio" del poeta Ariosto Uriel Hernández).

Escuchar el silencio, significa hundirse dentro de un abismo, cuyo fondo insondable se pierde en una inmensidad, esta inmensidad se cobija a la vez en un vacío donde no existe la nada, pero existe todo a la vez… “Escuchando el silencio” me hace pensar más, en la caverna recóndita del caracol, con su laberinto infinito, cuya caída en su centro es la certeza de entrar en un sitio donde se acuna el soplo de la vida. El silencio, lugar eterno y distante, bóveda del principio y el fin, aposento que a manera de ara utiliza el poeta para reencontrarse con las fuerzas astrales. Allí, en esa zona omnipresente, es adonde acude este hombre de emociones antiguas, la urgencia de su temperamento le obliga a escapar de lo ordinario y se introduce en los recovecos de la lucidez del silencio, pero no llega solo, le acompaña la certeza de la noche, que en sus efímeros instantes, le provoca a nuestro poeta una melancolía temprana, porque sabe que es inevitable la luz. La noche no le pertenece, su soledad sí, de ahí que la vulnerabilidad de su estado le postre en una conquista de sí mismo. Ariosto renuncia a su identidad física, y mientras dura la noche, va en pos de sus ansiadas potencias: la libertad y el amor, y en ese destierro voluntario se completa en la marea de la noche. Como extranjero de si mismo, el poeta nos enseña a aceptar su vacío que es el nuestro, a mostrarnos indiferentes con ese rostro que es la carne, sabe que la humanidad ha nacido desnuda, huérfana y desprotegida, pues nada se parece a ese jardín edénico que se le ha prometido al hombre, se lamenta y se duele, porque finalmente, la humanidad es una extensión de él mismo, y se refleja en ese espejo de la incompletud cantándole a esa entidad etérea que es el amor, sin embargo, el dolor que le provocan las ausencias es lo que finalmente lucha en su interior, y el estruendo de su grito se rompe en el soliloquio de la noche: ¿Dónde guardar tanto dolor si ya no cabe en el alma? El poeta vive su drama con la única entidad que puede prolongar su lenguaje: el silencio, y ante él se cuestiona: ¿Dónde está mi mente? Pero no es el extravío de la mente lo que añora, es la exacerbada sensibilidad que le juega su alma al desprenderse de su cuerpo doliente; su voluntad finalmente pertenece al reino de lo etéreo, el movimiento de su desvarío le persigue después del alba, la luz del día con su inseparable bullicio le devuelve un rostro que no es el suyo, su nostalgia milenaria le recuerda un mundo que antes ha habitado, un mundo donde existe el amor fraterno, donde los seres no han sido invadidos por los vicios ni sus almas contagiadas por el cáncer de la maldad, este hombre es todos los hombres que han vivido antes, por eso sus amores son inconclusos e insatisfechos, el amor al que el homo-poeta persigue es un amor que se le presenta furtivo, su presente es el tiempo de la espera, que convive con la nostalgia de vislumbrar los tiempos primeros, esos que se vivieron antes de la caída de esta generación que nos empuja a ser los hijos del deseo, siempre del deseo, por eso la otra parte de nosotros que se esconde en el claroscuro de nuestras entrañas aspira con vehemencia a ese lugar del que fuimos desprendidos, del que fuimos arrojados, donde nada hace falta, al reino de la completud.
Escuchando el silencio es una obra incluyente, un poemario en el que el autor nos muestra abiertamente su intimidad, y que con su dolor nos evidencia, a fin de cuentas, todos somos extranjeros de nosotros mismos y sin saberlo, una parte de nosotros ha sido retratada y hecha poesía en este libro que guarda la zona donde se puede escuchar la nitidez del silencio y que se guarda de las multitudes.




Con el mayor y mejor de mis afectos:



Poza Rica de Hgo. Ver. A 23 de Septiembre del año 2005.

Con la mirada del Voyeur.


A propósito de la obra Los Díaz(s) Mirón(es), del dramaturgo y amigo Reynaldo Carballido, me permito iniciar con una cita de Thomas Mann respecto al quehacer teatral, inicio la cita: “La nostalgia secreta, la última ambición del teatro es, de cierta manera, recuperar el rito que nació entre los paganos pero también entre los cristianos”. Fin de la cita. Con esta premisa quiero incidir que dentro de la temática teatral se viven dos asuntos conmensurables, y me refiero a lo moral con toda su carga de valores, y su parte contraria, la inmoral, con su incomprendida red de situaciones que nos han marcado, y que inevitablemente vivimos en todas las circunstancias de la vida y de la historia.
La temática que concierne a Los Díaz(as) Mirón(es) no es la que atañe a las virtudes, al puritanismo, sino a lo dionisiaco, a los excesos baquianos, a los apetitos carnavalescos que se viven tras la máscara real del hombre. Reynaldo Carballido como Nietzsche, Antonín Artaud y Guillaume Apollinaire son los hombres que no le temen a la censura, escritores que le dan la dimensión exacta a las palabras y a los actos, porque describen en su máximo rigor la decadencia humana. La labor de ellos, es una vuelta al origen de la tragedia, en donde el mito griego adquiere en la obra renovados tintes, pues los personajes comunes y corrientes, tienen el retoque de la fantasía que el Bosco pintara en el “Jardín de las Delicias”, en tanto surrealista, el personaje común de la obra, tiene atribuciones que sólo corresponderían al mundo de lo onírico, porque dentro de lo vívido del personaje, es normal y corriente que la lengua funcione a la vez de látigo emitiendo chasquidos en el ambiente, o de tapete, que hacen suponer a la vez, de una sensación de rebaño y de dominio, como preeminencias de las acciones. El desarrollo de la trama en esta obra contempla el efecto de las cajas chinas, pues lo que forma la personalidad de cada uno de los actores en el desenvolvimiento de los acciones, no es, sino una costra que se va abriendo conforme lo resguarda la intimidad de los amigos, o del amparo de las habitaciones. Si cada personaje guarda en su interior a otro personaje ¿Cuál es en realidad el verdadero rostro de cada uno de nosotros? ¿Será que inevitablemente vivimos eternamente el ritual de la farsa?
La propuesta de Reynaldo Carballido es una poética de la performance y la desmesura nacida de las cercanías del arrebato, de la denuncia, del yo acuso. El he dicho del dramaturgo, no busca la reconciliación con el universo, sino sólo mostrar como Dante en su Divina Comedia, los niveles en que se corrompen nuestras almas, ya sea como sujetos de poder o de vasallaje. La intuición del caos que fundamenta el escritor en la energía de los impulsos apunta a la afirmación de la vida.
Esta tarde, hemos sido votados a este acto único, somos personajes vulnerables, aquí no existe el recurso del antifaz ni del maquillaje, cada uno se moverá según el guión que ensayamos diariamente, y nos evidenciaremos con un gesto, con una sonrisa o con el silencio que revestirá nuestra conducta, sin duda, otra obra escribirá de la vida, el maestro Reynaldo Carballido.

Papantla de Olarte, Ver. A 08 de Octubre del año 2005

Sangre de Volador o temperamento nóbilis


(Comentario sobre la novela "Sangre de Volador" de Gerardo Vigueras Colén).

La sangre es la fuerza primera que mueve al mundo, es la ley del instinto, de la supervivencia, y por la sangre, es que mantenemos el arraigo de la tradición humana.
El volador, es un símbolo solar dentro de la concepción mesoamericana, su figura se vuelve mítica y gigante cuando se desplaza en el reino de su vuelo, la oscilación de su cuerpo en el aire, busca extender los confines de su rito, y en su lenguaje de plumas, se afirma en el presente el temple de su sangre.
Sangre de Volador no sólo conjuga el carácter de un pueblo, sino también guarda la memoria e identidad en la que se ha constituido.
El totonaco dentro y fuera de la ficción de este libro, se funda en la familia y dentro de ella también se emancipa. Sus valores su fe y su sensibilidad, se fortalecen y se justifican como un bien colectivo, y es en este colectivo donde radica el temperamento de los tres corazones o tutunacú.
La sensibilidad de Gerardo Vigueras Colén, le ha llevado a reconocer en su narrativa, la historia de vida de Antonio, el personaje principal, que busca continuar la practica de la volada que hereda de Jacinto, su padre, que lo continúa después de muerto y revoca su memoria en cada vuelo, así, construye la templanza que el volador tiene de sí mismo, Vigueras, sabe que una vez iniciado, el volador debe guardarse religiosamente para purificarse en el vuelo, y el volador, celoso de su práctica, lo practica hasta sus ultimas consecuencias. Todo oficio es sagrado, pero ninguno puede estar más cerca de los dioses, que el oficio de volador.
El escritor, en su mirada omnisciente, y aprovechando el tema, inserta y completa el sentido de patrimonio colectivo, mostrando la fuerza de su pueblo, en una descripción bella que refuerza aquella frase de Alfonso Reyes, en su libro Visión de Anahuac, cito: “Viajero, has llegado a la región mas transparente del aire”, fin de la cita. Con esta alusión de completud y riqueza regional, el escritor en ciernes, reconstruye para el lector, la memoria colectiva de Papantla de principios de siglo pasado, nos regala un retrato de época, que se fortalece a medida que avanzamos en la lectura, interpretando el asombro que escapa en la mirada de los personajes y en acciones que identificamos como nuestras. Estas reminiscencias de la Papantla de la época de oro, trae la evocación de una geografía entrañable, nos relata también la nobleza de un pueblo cuyo valor inmensurable esta respaldada por su folcklor estético, que ofrece a los cuatro rumbos, un pueblo que se ofrece sin reservas al viajero y que lo hace sentir parte de si mismo. Decía anteriormente que fuera de la intensión literaria, los personajes contenidos en el libro se fundan en una realidad fehaciente, cuyos registros pueden exigir una coautoría por parte del mismo pueblo, de ahí su carácter colectivo. El escritor al publicar la obra ha escrito para sí mismo y para su generación, amen de la nostalgia que provoca la obra, le recuerda a sus lectores que la historia de Papantla, puede reescribirse a partir de sus valores y de su arraigo como familia.
Parafraseando al antropólogo Roberto Williams, un estudioso de nuestra cultura, refería que el hechizo de la zona totonaca residía en el equilibrio que guardaba la población indígena en relación con la población mestiza, para resguardar toda la manifestación social y estética que lo adopta y lo hace suyo; y no es extraño que otras comunidades se sumen al resguardo de este legado, como patrimonio cultural sin fronteras.
Sangre de Volador es un libro que llega para continuar con la tradición literaria de nuestra región, y se permite fortalecer los atributos de un pueblo identificado con sus tradiciones y sus danzas, que se fundamentan en una cosmogonía diversa primigenia y que se enriquece con la llegada de los españoles. El realismo con que se manejan las descripciones, hace de esta obra un prontuario de especificaciones, que ayudan a comprender a Papantla en la consolidación de su historia y en la pervivencia de su arte.

Juan Pérez Salazar, Marzo 20 de 2010

A imagen y semejanza


(Comentario sobre el libro de cuentos y relatos:"Laberinto de Mujeres",del escritor Jorge Enrique Escalona del Moral)

Aquella ocasión, la curiosidad me llevó a introducirme a la casa de los espejos, siendo para mi una experiencia nueva, jamás imaginé haber experimentado la medida exacta de lo que es el espanto, y la comprensión justa, de la necesidad de estar fuera de esa dimensión; sin embargo, el juego de los espejos no sugería el mínimo sentido de encierro, sino de multiplicación al infinito, de rostros descompuestos idénticos a mi. A pocos instantes de haber entrado en esa trampa ilusoria, la ansiedad me obligó a buscar la salida, que encontré, después de haberme caído no sé cuántas veces en mi propio reflejo, aunque debo reconocer, que fue el encargado de vender el boletaje quien me rescató al escuchar mis gritos desgarradores envueltos en un mar de llanto.
Los caminos en la casa de los espejos en la visión y fascinación borgiana, es la mejor referencia, del sentido laberíntico que guarda este libro que hoy nos reúne, caminos que la mayor de las veces, pueden llevar a ninguna parte, sin embargo, la salida puede estar a un palmo de narices si se mira desde la óptica saludable.
La mujer y el hombre, poseen en su interior laberintos, en los que cada uno o se regocija en sus caminos, o se padece dentro de ellos, rutas que inconcientemente llevan de nuevo, al ciclo de partida, o encrucijadas que nos lleva a seguir el paso genealógico, de una potestad vitalicia. La víbora vuelve a sus fauces después de acabar con su propio cuerpo. En el laberinto, existe el principio, el fin puede ser solamente una simulación o espejismo, como ilustra el movimiento de la espiral; el laberinto sin una salida real, puede conducir al que la transita, en una locura que termina al fin, con la muerte, fin del ciclo mayor.
La mujer que pinta Jorge Enrique Escalona en su Laberinto de mujeres, no es la mujer libre y conciente de sí, que defiende Simone de Boveaur, o de la mujer emancipada que habla Rosario Castellanos en su historia de vida, es la mujer común que busca la libertad sin tenerla, la que queda marcada por el ansia en la busca de una mejoría quimérica o divina. La mujer de este libro, es creada a imagen y semejanza del padecimiento del hombre, por que a ejemplo de las cajas chinas, o de las matrioskas rusas, el hombre no se reinventa, ni se regenera, se reproduce a si mismo, fatalidad heredando fatalidad, una especie de parodia del existir mexicano, como aludía Paz en el laberinto de la soledad.
La soledad es el arcano de la mujer sin rumbo aparente, que se esconde en el monólogo de sus pensamientos, la que sin opciones personales termina por rendirse a la costumbre, o mejor, comprometiendo su vida a la deidad, o a la pareja, o a los vicios; pero aun así, en el acompañamiento, llega la sombra de la pesadumbre como una gracia que se ha de padecer honrosamente, porque son pruebas que se tienen que medir por una fe inquebrantable, a pesar de las consecuencias, como los límites físicos y morales de Job. También existe la mujer que se cobija bajo el amparo machista que ronda nuestro sistema, temperamentos humanos que traen consigo la aceptación como un destino inamovible, que solo puede ser roto por la desaparición del que oprime, sumiendo en consecuencia a la otra parte, al miedo y a la desolación de la individualidad. Y es que elaborar un destino no es cualquier cosa.
Pero también tenemos a la mujer que toma en sus manos la justicia, la que no espera el milagro de la ley divina o a la de la fuerza de las instituciones para ser escuchada, sino que responde a la medida de su agravio y de su temperamento para responder en su justa medida, la mujer que puede esperar pacientemente una oportunidad de la vida, para disfrutar de una venganza dulcísima y justa, y quien piensa que lo que se hace en la tierra, en la tierra se paga.
El autor de Laberinto de mujeres utiliza en la obra, la fuerza de dos elementos clásicos: Dionisos y Apolo, que conforman el vicio y la virtud, la decadencia y la belleza. Al utilizar esta bivalencia a manera de contrapunto, surge un contraste de situaciones en los personajes que vitalizan la ironía, que tiende sus redes no sólo jugando con el destino de los personajes, sino también acentuando la fatalidad en el juego de los nombres personales y la tragedia de sus vidas, por ejemplo: Rosario, Soledad, familia Alegría, Esperanza y Refugio, y por si fuera poco, y en un afán de afirmación, el escritor resalta el signo del bien y el mal como personajes ocultos, que los torna inseparables en la vida de las siamesas Dolores y Remedios, en un contraste de temperamentos que dejan en claro la vigencia de las energías blancas y oscuras.
Laberinto de mujeres también contempla en algunos títulos la figura del libertino (hombre o mujer), que cumple puntualmente la vuelta al mito de la caída, de la necesidad, de la carencia, de la explosión de sentidos, de la complementación; contemplando todos los matices del deseo carnal, desde el plano erótico y sugerente, al puramente sexual y sádico.
En cuanto al tratamiento narrativo nos encontramos con un narrador benévolo que cuenta las acciones introductorias de los personajes desentrañando sus perfiles que poco a poco se van adueñando de las acciones, cuyo ejercicio ordinario, van resaltando desviaciones o aberraciones, propias para ser resueltas, en el campo del psicoanálisis.
La evidencia de la narrativa moderna, y específicamente del cuento, se aprecia en el juego de acciones, donde los inicios, nudos y desenlaces, alternan con tal naturalidad, que los cierres temáticos, resultan impredecibles, y sorprenden al lector dejándolo con un pasmo de sorpresa. Recuerdo y comparo la similitud, en cuanto a estrategia narrativa, con el del maestro del cuento, Don Edmundo Valadés.
Laberinto de mujeres, es un libro, cuya eje temático denota un alto contenido de radiografía social, que refleja vicios decadentes de la condición humana, vivo retrato de la enajenación, la promiscuidad y el prejuicio de poblaciones de cualquier lugar del mundo (pero más cercano a nuestro México), que no se permiten, por el arraigo de costumbres, perfilarse a una cultura de sanidad personal y social que los impulse a una libertad de desarrollo sustentable, en el que las válvulas de escape, lejos de ser males necesarios, sean ampliamente creativas.
Leer Laberinto de Mujeres, es entrar a un mundo de entera familiaridad, en donde la sugerencia de los “dichosos” títulos, traerán a colación y de manera alusiva, una parte de tu vida, por ejemplo: para los casados “Matrimonio y mortaja del cielo bajan”; para los niños y jóvenes, el título de ronda: “¡Qué dolor, qué dolor, qué pena!”; para los nostálgicos, el tema del conocido bolero “Como un duende”; para los exóticos culinarios o bien para los que comemos sólo una vez al dia, el dicho: “Barriga llena corazón…”, etc.
La narrativa de los veintiún títulos, diseminados en el libro, presenta un lenguaje coloquial, jocoso y de rasgos de humor negro, cuya ironía, sarcasmo y parodia, quedan como un complemento, de las delicias de la lectura lúdica.
Jorge Enrique Escalona del Moral, ha creado con amplia maestría, un recuento de hechos, que no sólo incumbe a la estructura social de un pueblo, sino el de un sistema de gobierno, claramente rebasado, por los vicios sociales periféricos.





Juan Pérez Salazar. Tlapacoyan,Ver., 24 de julio del 2010