sábado, 21 de marzo de 2009

Leonora Carrington


Leonora es una mujer antigua, una vidente venida de tiempos ancestrales, su producción artística nace de un claroscuro que genera habitantes quiméricos, seres envueltos en halos misteriosos, líneas y formas que rayan en lo místico. El boceto terminado, la escultura imponente, o los rostros insondables ejercen una influencia en quien mira y que por un efecto es robada la lucidez de su presente, para sustraerse en un mundo mítico, convirtiéndose el espectador en un ser con el mismo parentesco de lo que mira, cada vez más en la idea de haber vivido alguna vez ese mundo que solo se antoja vivirlo en sueños (deja vu). La mirada expectante, abierta y asombrada es la primera parte del cuerpo que se sobrepone al hechizo temático, desprenderse de la influencia llevará más tiempo. El aturdimiento se prolonga y se vuelve mas real durante el sueño; posteriormente, en la lucidez de la vigilia, llega una comprensión idílica, un reconocimiento que deja de ser metáfora y que se trae consigo a los rincones del cerebro, entonces tenemos la certeza de haber vivido en otro tiempo y en otra dimensión.
Leonora Carrington vertebra su obra en una simbiosis física de elementos medievales celtas, egipcios y aborígenes australes, además de aplicar un aura que cubre su obra con el dominio de la cábala judía. El arquetipo final se aleja de lo real y se acerca a lo onírico, a lo surreal. Es posible que durante la concepción de cada uno de sus trabajos Leonora se halle en una atmósfera de constante éxtasis para poder ornamentar nuestro presente y llenarlo con un recuento de símbolos, motivo de nuestra historia, sólo así podemos comprender el legado de una de las páginas del surrealismo, que más que movimiento artístico y/o filosófico, es una forma de vida.

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